Susurro de Jesús en presencia del Altísimo Sacramento del Altar.
Todo viene de Él, acontece por Él y volverá a Él.
A Él sea la gloria por siempre. ¡Amén!
Todo viene de Ti y todo acontece por Ti, Señor amado, gracias por la Bendición y el privilegio de tenerte, a Ti la gloria por siempre!
Gracias, por cada uno de los detalles de Tu amor y Tu fidelidad, hacia cada uno de nosotros, Tu pueblo amado y elegido.
Gracias, por las incontables Bendiciones, por las gracias, virtudes y dones que nos has dado.
Gracias, por las tantas nuevas oportunidades que recibimos de Tu misericordia, por Tu paciencia, Tu aliento y Tu fortaleza que nos levanta de nuevo para ganarnos el cielo.
Las manifestaciones de Tu amor y de Tu misericordia, van más allá de lo imaginable!
Todo lo que somos y todo lo que tenemos es un regalo de Tu generosidad, y nunca nos cansaremos de agradecértelo.
En Tu honor, aguantaremos las pruebas y vicisitudes de la vida con valentía, paciencia y llenos de confianza en Ti.
Pues en medio de nosotros camina el Todopoderoso, nuestro Salvador y Defensor, el Dios misericordioso y fiel que nos ama con su amor eterno.
Que bajó del cielo, se hizo uno de nosotros, pagó con Su Sangre por nuestra redención y se asegurará de que lleguemos a Su Reino eterno, sin que suframos ningún rasguño con las piedras del camino terrenal!
¡Ojalá sean de Tu agrado, las palabras de mi boca, mis pensamientos y el susurro de mi corazón lleguen hasta Ti mi Señor, mi Roca y mi redentor!
Bendito y alabado Seas, amada Roca eterna!
Enviado por: Violeta De Valera. <>