Novena a San Juan Bosco amor ardiente a la Virgen María Auxiliadora

Novena a San Juan Bosco amor ardiente a la Virgen María Auxiliadora
Novena a San Juan Bosco amor ardiente a la Virgen María Auxiliadora. 1815-1888.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. +

Oración inicial Novena a San Juan Bosco.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares.

En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco.

Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía:

«Me basta que seáis jóvenes para que os quiera». Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.


Día Primero Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la Divina Eucaristía. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Segundo Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Tercero Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Cuarto Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que sobrellevaste por su salvación; haz que también nosotros amemos con un amor santo y generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón de Jesús, y que en todo joven contemplemos la persona adorable de nuestro divino Salvador. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Quinto Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más tu santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos Familias Religiosas estén siempre llenos de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heroicas virtudes. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Sexto Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de los Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de las virtudes cristianas y providenciales ayudantes de tus obras. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Séptimo Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas, y que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines de la tierra; haz que también nosotros pensemos continuamente en la salvación de nuestras almas y cooperemos con todos los medios posibles a salvar tantos pobres hermanos nuestros. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Octavo Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y con los escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan indispensable virtud, la practiquemos constantemente y la difundamos con todas nuestras fuerzas. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Día Noveno Novena a San Juan Bosco.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados de tu auxilio.

Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas aquellas gracias espirituales y temporales que necesitamos:

Intercede por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divinas misericordias en el Paraíso Celestial. Así sea. Amén.

Padrenuestro, avemaría y gloria.


Oración para obtener una gracia.

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado.

Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor.

(Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.


Oración a Don Bosco.

Padre y Maestro de la juventud, San Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres, signo del amor y de la predilección de Dios.

Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús, de modo que descubramos en Él y en su Evangelio el sentido de nuestra vida y la fuente de la verdadera felicidad.

Ayúdanos a responder con generosidad a la vocación que hemos recibido de Dios, para ser en la vida cotidiana constructores de comunión, y colaborar con entusiasmo, en comunión con toda la Iglesia, en la edificación de la civilización del amor.

Obtennos la gracia de la perseverancia al vivir una cota alta de vida cristiana, según el espíritu de las bienaventuranzas; y haz que, guiados por María Auxiliadora, podamos encontrarnos un día contigo en la gran familia del cielo. Amén.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.