Oración a la virgen de Guadalupe en los momentos de tristeza.
Amadísima Santa María, nuestra morenita de Guadalupe, te doy gracias porque siempre estás ahí para escuchar todas mis súplicas, y sé que lo haces porque tu corazón está lleno de infinita bondad.
También te doy gracias por escucharme nuevamente en este día, pues siempre acudo a ti cuando he estado con muchos problemas, para que me ayudes, consueles y ruegues a nuestro Padre Celestial, me brinde su bendita ayuda.
Hoy te pido Reina del Cielo y soberana Señora de las Cortes Celestiales, que me envíes tus santas legiones de ángeles, para que persigan y detengan al enemigo que me acecha constantemente.
Que rechacen sus ataques tenebrosos y lo alejen para siempre, en nombre tuyo, ya que has recibido el poder y la misión de destruir todo lo que nos hace daño y nos quiera engañar.
Que tu gracia divina adorada Virgen de Guadalupe, me de la fuerza necesaria en este nuevo día, para lograr llegar con éxito a todas las metas que me he propuesto, pero en especial, que en los momentos más difíciles y de agonía, me acompañes para sentir tu abrazo amoroso y eterno.
Santísima madre celestial, desde hace un tiempo, no me siento bien, mi vida se ha tornado muy difícil, las cosas no salen como las planeo, y siento que la envidia de los demás y las malas energías, han hecho que mi día a día sea mucho más complicado.
Por eso en este día, en el que me siento casi sin fuerzas para seguir adelante, y donde la depresión quiere apoderarse de mí, quiero pedirte de rodillas Santa María, que me ayudes a salir de la oscuridad, para poder resolver todos mis problemas y poder seguir adelante de tu mano:
(Ahora cuéntale a nuestra Virgen de Guadalupe todas tus dificultades y pide que actúe en tu vida para poder resolverlas)
Protégeme amada Señora de todo mal, que tu poder infinito me defienda del dragón infernal que ha sido desatado por el enemigo, y a la vez, de todos sus malévolos seres que pudieran haber sido enviados a mí.
Madre mía yo confío plenamente en ti, por eso te pido que me protejas así como cuidaste a tu hijo Jesucristo.
Señora mía, te pido perdón porque sé que muchas veces sufres por mí, porque me equivoco constantemente, pero te pido que me des la sabiduría de resolver mis problemas y también te pido que en esos momentos tan difíciles, intercedas por mí ante el Señor, para que me guíe y me muestre el camino que debo seguir.
Virgen purísima, bendita madre del Señor, yo creo que siempre estás conmigo, consolándome cuando me siento triste, y sé que ante el desamparo que he experimentado en algunas ocasiones, tú me abrazas y me das la calma que necesito.
Hoy además de tu protección, te pido que me ilumines e ilumines a mis seres amados, para entender lo que Dios pone en nuestro camino, porque sé que es una forma de acercarnos a la vida eterna.
Divina María, tú que eres madre cobíjame con tu amor infinito y por favor aléjame de la tentación.
En los momentos de tristeza apiádate mi Virgen de Guadalupe de mí, para que no caiga nuevamente en la desesperación y termine cometiendo los errores que en el pasado me han ocasionado dolor, y con los que he lastimado incluso a las personas que amo.
Cuídame por favor amada Señora de los malos pensamientos, de la sed de venganza, del desamor, de la envidia, del egoísmo, de la soberbia y de todo lo que me aparte del Señor y haga daño a mis hermanos.
Milagrosa y bendita Señora de Guadalupe, protégenos madre nuestra de nosotros mismos, porque somos frágiles, nos quebramos con facilidad y nos hacemos daño.
Caemos en los engaños del mundo y del demonio y muchas veces creemos que no somos valiosos, que no somos importantes y que todo sería mejor si no existiéramos.
Pero nos cuesta comprender que nuestra existencia tiene un propósito claro y que la vida de quienes nos rodean no sería la misma sin nosotros, por eso ayúdanos a aceptar con amor lo que hemos vivido y a confiar en los designios de nuestro amado Dios.
Finalmente, amada Señora mía permite que cuando mi alma escape de este mundo, seas tú quien me guíe hasta la puerta y una vez allí, quites todas mis penas y culpas, para llegar en paz y limpiamente hasta la divina majestad, para poder vivir con alegría la vida eterna. AMÉN.
La mejor manera de pedir que se produzca un milagro es orar y rezar pidiendo lo que necesitamos.
Enseña a tus hijos a rezar a la virgen María y Ella cuidará de tu hijo, con la ayuda del ángel guardián.
Si te gustó la oración compártela en tus grupos preferidos, con tus seres queridos o con cualquier persona que pueda necesitarla.
Oración a la virgen de Guadalupe en los momentos de tristeza.
Enviado por: Dulce María. (México).