ORACIÓN A LA VIRGEN DEL ADVIENTO.
No ha Nacido todavía y ya habla por sus estremecimientos.
No es visto todavía y ya advierte.
No puede todavía gritar y ya se hace entender a través de sus actos.
Aún no ha comenzado su vida y ya predica a Dios.
Aún no ha visto la luz y ya señala al sol.
Todavía no ha nacido y ya se apresura a hacer de precursor.
El Señor está allí: No puede aguantar, no soporta tener que esperar los límites fijados por la naturaleza, y se esfuerza para romper los límites del seno materno y busca por otros medios dar a conocer la venida del Salvador.
Ha llegado, dice, el que rompe las ataduras.
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
¡Virgen y Madre Inmaculada! Míranos con ojos propicios.
Señora! A nosotros, amadísimos hijos tuyos, nos falta fe, humildad, caridad, piedad, amor a la Eucaristía, amor a la Iglesia, amor a nuestra propia dignidad de auténticos católicos, espíritu de abnegación.
Díselo a tu Hijo. Interpón tu intervención valiosa, y se obrará el milagro de nuestra santificación.
Danos piedad verdadera, amor intenso a Jesucristo, y a la Santa Iglesia, al Papa, a nuestro Obispo, a la Parroquia, haz que nuestras comuniones sean fervorosas, nuestras visitas a la Eucaristía, frecuentes.
La práctica del bien constante; haznos amantísimos de Jesucristo y de Ti, nuestra excelsa Madre Inmaculada.
Te lo pedimos por la dignidad única y augusta de ser la Madre de Dios.
Dios te salve María…
¡Virgen y Madre Inmaculada! Somos tus hijos; pero sentimos la fascinación de los sentidos y la debilidad de nuestras fuerzas.
Danos castidad de vida y pureza de costumbres.
Con tu mano maternal apártanos siempre de aquellos lugares y reuniones que Tú no honrarías con tu presencia santa.
Infúndenos limpieza de pensamientos y de sentimientos, y haz que nuestras acciones sean las propias de un hijo predilecto de la Virgen.
Te lo pedimos por tu Concepción Inmaculada y por tu pureza de mancha.
Dios te salve María…
¡Virgen y Madre Inmaculada! Hay quienes en nuestras parroquias desconocen a tu Jesús y te desconocen a Ti.
Faltan apóstoles que les hablen de la verdad, y que les hagan sentir y vivir la vida cristiana, única vida que ennoblece y dignifica.
Nos ofrecemos a Ti para que formes en nosotros un corazón nuevo, y lo llenes de fervores y deseos encendidos de trabajar por la salvación de tantos cristianos ingratos, indiferentes y descreídos.
Que en nuestra cristiandad, Señora, haya apóstoles.
Que los dirigentes sean trabajadores abnegados, verdaderos apóstoles para llevar muchas almas a nuestro Señor Jesucristo y salvar a nuestro pueblo.
Te lo pedios por los dolores que padeciste por nosotros, junto a la Cruz del Redentor.
Dios te salve María…
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL ADVIENTO.
Enviado por: Reina Gonzales. (México).