Oración al Santo Ecce Homo para peticiones difíciles y desesperadas.
Detén ¡Oh Dios benigno! tu azote poderoso y calma bondadoso tu justa indignación.
Perdónanos y olvida que te hemos ofendido y que hemos afligido tu amante corazón.
Acuérdate que siempre que te hemos invocado, benigna se ha mostrado tu soberana faz.
No nos niegues ahora tu gracia y tus favores suspende tus rigores concédenos la paz.
Acuérdate que un tiempo, ¡Señor Omnipotente! nuestra Plegaria ardiente tu compasión movió.
Acuérdate que entonces tu diestra poderosa tendiste, y la espantosa borrasca se calmó.
Más luego te enojaron tus míseras ovejas: ¿y sus dolientes quejas, no quieres ya escuchar?
Y clama el sacerdote, la virgen y el anciano, ¿más la irritada mano no quieres levantar?
Tan enojado te hallas contra tu rebaño amado que al verlo esclavizado, llorando su orfandad, ¿dejas que el lobo hambriento empiece a devorarlo, pudiendo consolarlo y darle libertad?
¿Nada esperar podremos Señor de tu indulgencia? ¿Tu amor y tu clemencia se han agotado ya? ¿Si tú nos abandonas, en quién esperaremos a quién acudiremos y quién nos salvará?
¡Oh Padre! Si no bastan los males que sufrimos y el llanto que vertimos para alcanzar perdón, al menos, Dios eterno, nuestra plegaria escucha y haz que venza en la lucha tu santa religión.
(Con fe y amor hacer la petición que usted necesita)
Protege a tu ministro nuestro Pastor amado, que hoy gime atribulado, del santo altar al pie, y haz que nosotros antes perdamos la existencia que nuestra santa creencia, nuestra divina fe.
Más tus decretos, Señor, en todo cumplidos sean: Es todo lo que desean mi fe, esperanza y amor. Amén.
Imagen Iglesia de Belén. (Popayán-Colombia)
Enviado por: Sofía Fernández. (México)