Oración a Dios para que nadie ni nada perturben mi paz interior y exterior.
Oh Príncipe Soberano y rey de Gloria, Dios y Redentor mío, mi Buen Pastor y Señor, que con tu Preciosa Sangre borraste mis culpas y eres el verdadero bien y socorro para los hombres, te pido seas mi descanso y me guíes en mi caminar.
Oh dulce Jesucristo, gloriosísimo Salvador y Redentor, que nos amas con eterno Amor y quieres nuestro bienestar.
A Ti que eres nuestro Maestro, buen amigo y protector, con fe inquebrantable y ardiente esperanza pido auxilio.
Bríndame tu protección, dame el amparo que necesito, no me dejes solo ante la adversidad que me rodea:
- Con tu Preciosa Sangre lávame, límpiame, purifícame.
- Con tu Preciosa Sangre rodéame, séllame, protégeme.
- Con tu preciosa Sangre, mi Señor, perdóname.
- Que ella sea mi paz y esperanza, mi refugio y fortaleza.
- Que ella, que es prenda de nuestra Salvación, me proteja siempre y me haga ganar la batalla que día a día libro contra las fuerzas del mal.
Oh mi Señor, Tú que eres la Fuerza de las fuerzas, eres la Luz, la Verdad, la Vida, envuélveme con tu Amor, llena de armonía a mi vida, cúbreme con tu inmenso Poder y dame protección.
Me duelen las injusticias, las mentiras y las envidias que me rodean y que no me dejan tener paz, por ello bajo tu Divina Justicia pongo a los que me quieren ver hundido, para que dulcifiques su corazón y los aplaques.
- Tú que en la Sagrada Eucaristía me regalas tu Sangre para limpiarme, sanarme, liberarme y purificarme.
- Tú que eres verdadera fuente de favores, aléjame para siempre de todo lo que pueda perjudicarme.
Son múltiples las necesidades que dejo en tus manos, pon en mis caminos a tus Santos Ángeles para que me guíen y me aparten de todo mal y peligro, para que velen por mí y por las personas que amo.
Que la maldad, el odio y el rencor de mis enemigos no trunquen mis objetivos y posibilidades, no me confundan y no deterioren mi relación familiar, ni mi trabajo, ni mi vida sentimental o social.
Que nadie ni nada perturben mi paz interior y exterior.
Oh buen Jesús hoy me acerco a ti suplicándote elimines de mi vida cualquier sombra de malicia.
Sepárame de enemigos, males y ataduras y haz que en mi corazón albergue solo buenas obras, hacía mis semejantes, mis hermanos los hombres, y así, glorifique a nuestro Padre que está en los Cielos.
Aléjame de maldiciones, difamaciones y malos deseos.
Desátame de las malas influencias que me rodean, libérame de toda opresión, discriminación e injusticia, así como de quien desee mi perdición.
Sí mis enemigos me buscan no me encuentren, sí me alcanzan que no me puedan tocar, sí me ven que no me puedan causar daño alguno.
«Jesús mío, que tu bendición me preceda, me acompañe, me siga y me refugie hoy y siempre, para que todo lo que haga, piense y diga lleve constantemente el sello de tu bendición».
En este mundo que hoy nos rodea pedimos:
Misericordia Jesús, misericordia, paz y perdón.
Señor, ven a nosotros, date prisa en socorrernos, danos tu gracia, danos tu amor, danos lo mejor, danos tu profunda caridad en nuestras penas.
A tus pies reverentes, remedio pronto esperamos y por eso diligente y humilde perseveramos.
A Ti acudimos y te llamamos esperanzados, ven a nosotros, danos tu Divino auxilio y bendición.
Que tu Santo Espíritu desciende aquí, venga a mí, y con tu fuerza y la ayuda de la Santísima Virgen, los Ángeles, los Arcángeles y todos los Santos hagan todos juntos lo que tengan que hacer, para que se corte y aleje todo lo malo que rodea mi vida, para que pueda avanzar, prosperar y ser feliz.
Con la mayor confianza en tu clemencia infinita, me entrego a Ti, oh adorable Salvador mío, me entrego a la Gloria eterna, al Reino Celestial, y confío me concedas las gracias que de Ti espero.
Tu Preciosísima Sangre Redentora tiene poder, y aunque el mal pase cerca a mí no me llegará, nada dañará ni a mi persona ni a los míos, y, por la esperanza que tengo depositada en Ti, desde este momento lo proclamo hecho.
Así sea, hoy y siempre, mi Señor Cristo Jesús.
En este momento hacer con mucha confianza la petición que usted necesita.
Preciosa Sangre palpitando en el Eucarístico Corazón de Jesús, regalo de Dios al hombre.
Yo te adoro y te ofrezco en homenaje mi alabanza y amor.
Te doy gracias pues Tú eres mi vida y la fuente de toda protección y favor.
Bendecidos por ti las tormentas se calman y las tristezas se alivian.
Oh Jesucristo, por tus méritos infinitos y por la intercesión de tu Santísima Madre, la Virgen María, y de todos los Ángeles y Santos, libérame de todo mal, peligro y enfermedad y rompe todo poder del maligno. Amén, amén y amén, Señor Jesús.
« Jesús mío, que tu bendición me preceda, me acompañe, me siga y me refugie hoy y siempre para que todo lo que haga, piense y diga, lleve constantemente el sello de tu bendición». Amén.
La oración tiene que hacerla durante nueve días consecutivos, como si fuera una novena.
Hazla con mucha devoción y confiando en la Preciosa Sangre de Cristo, y sí tu petición es muy difícil y urgente, rézala durante quince días seguidos.
La mejor manera de pedir que se produzca un milagro es orar y rezar pidiendo lo que necesitamos.
Enseña a tus hijos a rezar a la virgen María y Ella cuidará de tu hijo, con la ayuda del ángel guardián.
Si te gustó la oración compártela en tus grupos preferidos, con tus seres queridos o con cualquier persona que pueda necesitarla.
Oración a Dios para que nadie ni nada perturben mi paz interior y exterior.
Enviado por: Mónica Fernández. (México).