Señor santo, Padre omnipotente, Dios eterno, por tu generosidad y la de tu Hijo quien por mí padeció pasión y muerte, y por la excelentísima santidad de su Madre, y por los méritos de todos los santos, concédeme a mí, pecador e indigno de cualquier beneficio tuyo, que sólo a ti ame, que siempre tenga sed de tu amor, que continuamente tenga en el corazón el beneficio de la pasión, que reconozca mi miseria, que desee ser pisado y despreciado de todos; que sólo la culpa me entristezca.
Señor amado, tú que peleas nuestras batallas y nos llenas de Tú gran amor, ayúdanos a descansar en ti, depositamos en tus manos nuestras preocupaciones y fatiga, nuestro cansancio y dolores, te depositamos a cada familia padre que en este momento están pasando muchas dificultades ayúdales Padre celestial, cúbrelos y séllalos con el poder de tu sangre Bendita.
Padre de la gloria, depositamos en tus manos al administrador de esta bella página y a cada uno de sus miembros ayúdales a vencer cada batalla que se les presente y que siempre tengamos presente estas palabras:
TODO LO PUEDO EN EL CRISTO QUE ME FORTALECE.
Todo lo vamos lograr contigo Señor, porque contigo somos más que vencedores.
Acoge Padre en tu corazón cada suplica que tus hijos hacen y Bendícelos siempre. En tu nombre santo amén.
Oh Jesús amantísimo mira hasta donde te ha llevado el exceso de tu amor: para darte todo a mí, me has preparado un banquete divino donde me sirves tu carne y tu sangre preciosa. ¿Quién te impulsó a esos transportes de amor? Nadie, con seguridad, sino tu corazón lleno de ternura. O adorable corazón de Jesús, horno ardiente del amor divino, recibe mi alma en tu llaga sagrada, para que en esta escuela de caridad, aprenda a amar en reciprocidad a un Dios que ha dado pruebas tan sorprendentes de su amor. Amén
Envido por: Glenda De Fatima Herrera.