Jesús antes de morir encargo el gran tesoro su madre la virgen María

Jesús antes de morir encargo el gran tesoro su madre la virgen María.

Jesús antes de morir encargo el gran tesoro su madre la virgen María

Nuestro señor Jesús antes de morir encargo el gran tesoro su santa madre la virgen María.

Querida María: Madre querida, tu llena de gracia, fuiste la doncella escogida por papito Dios para ser la Madre de su hijo único.

Tu Virgen pura y santa, jamás conociste varón pues tu virginidad y todo tu ser se lo entregaste a Dios.

Madre tu tan humilde y sencilla, ayúdame a ser como tú.

Ayúdame a cada día repetir » He aquí la esclava del Señor hágase en mi según tu palabra».

Oh Madre dulce tu boca proclama la grandeza de Dios! Sin ti no hubiese venido al mundo nuestro Salvador.

Madre una espada traspasó tu corazón cuando viste a tu hijo crucificado, hoy me quiero unir a tu dolor y llorar contigo.

Eres el gran ejemplo de humildad y fe, porque nunca dudaste de Dios ni aun en el calvario cuando viste a tu hijo.

No sufras mas por tus hijos ingratos pues mucho somos los que te amamos y te damos las gracias por todo lo que haces por nosotros pecadores, pues tu hijo nada te niega.

Madre, espejo de justicia, que intercediste por aquellos novios en las Boda de Caná, intercedes cada día por nosotros porque somos tus hijos y no quieres que ninguno sufra en el infierno.

Todo el que quiere ser santo es devoto de ti.

Tu Madre en cada aparición siempre nos ruegas orar, sacrificarnos y parecernos a tu hijo!

Ayúdanos a tener un corazón como el de tu Hijo.

Tu Madre tan buena, tan justa, nos envías mensajes con tus ángeles y santos para que volvamos el camino hacia Dios tu salvador y el nuestro.

Tu Madre de Misericordia que perdonas a tus hijos cada blasfemias que comenten hacia a ti.

¿Cómo no amarte? Si tú nos trajiste la salvación, tú fuiste ese primer sagrario durante 9 meses que tuviste a Jesús, el fruto bendito de tu vientre.

Eres tan dulce y tierna que ningún hijo tuyo luego que te conozca puede dejar de amarte.

Tu Virgen nos diste el rosario que es un arma tan poderosa contra el demonio, el cual ante ti huye y tu nombre no se atreve a pronunciar.

Madre, te amo tanto que solo bajo tu santo manto quiero estar arropada como una niñita con miedo.

Contigo nada temo Madre porque tú me proteges, ante ti huye el pecado.

Por eso mi boca no cesa de decirte Bienaventurada porque creíste en el Señor y EL hizo maravillas en ti.

Oh Virgen Inmaculada tu mirada tierna refleja la mirada misericordiosa de tu amado hijo.

Mientras Eva desobedeció, tu obedeciste al Señor.

Madre así como en tus brazos tuviste a Jesús, cárgame a mi Oh Madre.

Mis alegrías, mis tristezas, mi alma y mi ser, consagradas a ti están.

Oh Inmaculado Corazón de María se la salvación mía, ruega por mi Santa Madre de Dios ahora y en la hora de mi muerte, no nos dejes madre mía!

Eres la Reina de los Ángeles, de la paz, del cielo y de mi corazón.

Eres Madre de Cristo, Madre de la Iglesia y Madre Mía.

Con amor, Tu Hija Mireily

Enviado por: Mireily Dennise Rodríguez Vargas (Puerto Rico).