Gracias Dios por el don de la vida y por darme un ángel guardián.
Que maravilloso es sentir latir nuestro corazón, el don de la vida dada por Dios es buena razón para agradecerle todo cuanto somos y poseemos.
Brota y explota libremente en nuestro ser y entender, comprender que el alma del enemigo debemos cuidar, vive al acecho en corazones enfermos y maltrechos por el pecado, salta buen trecho anida en las almas sin gracia.
Cuanto amor has dado Señor a este loco y enamorado corazón, has puesto en él un fiel ángel guardián que no me deja nunca, me aconseja, guía por buen camino, me acompaña, me protege y cuida de los peligros del cuerpo y del alma.
Dios mío, Dios mío, acércate a mí, ven y palpita siempre dentro de mí, gracias por darme a un ángel custodio. Amén. <>
Autora: Luz del Carmen Gómez Orozco.