CORAZÓN DIVINO DE JESÚS ATRAE SEDUCE Y FASCINA

Corazón divino de Jesús atrae seduce y fascinaEl corazón divino de Jesús, atrae, seduce, fascina; Deja el alma asombrada, anonadada.

La hace sentir como un granito de arena en el desierto, como una gotita de agua en medio del mar, se pierden en ellos y se hacen desierto y mar.

Jesús desde su corazón divino, irradia amor y ternura, suavidad, misericordia y perdón; irradia la gloria de Dios.

La majestad de su corazón le viene del amor divino que lo irradia y lo posee.

Es que Jesús es el Hijo de Dios; es Dios mismo; es Dios de Dios, luz de luz, vida de vida, amor de los amores; es el cielo más cielo; nacido del ceno del padre desde toda la eternidad, por lo cual en su corazón se abrazan el tiempo y la eternidad.

El corazón de Jesús nos llama.

Busquémoslo en su palabra de vida y lo encontraremos en el viento huracanado y en la suave brisa, en la aurora y en la noche, en el sol que nos alumbra y la lluvia que nos refresca, en el silencio y en la soledad, en el justo y en el pecador, en el que llora y el que ríe, en el que grita y el que calla, en el dolor, en la prueba y en la tentación; pero sobre todo, de seguro lo encontraremos en el rostro del que sufre, en el corazón del que ama y en el fondo de nuestro propio corazón.

La oración interior, la oración del corazón, es el camino hacia lo hondo del corazón de Jesús, que es tabernáculo del Altísimo donde mora la Santísima Trinidad.

Lo habita el padre que se complace en amar al hijo y al mismo tiempo recibe su amor, y el Espíritu Santo se hace presente en ese abrazo amoroso entre el Padre y el Hijo.

Cuando estamos ante el Sagrario, sabemos que el esta allí; lo miramos y el también nos mira y sabemos que su corazón habita en nuestro corazón.

Es misterio de amor, es pasión de Dios. Son cosas del amor.

Esta experiencia la llevamos dentro, en nuestro interior, vivida por la fe, la esperanza, la caridad y el amor, y nos hace sentir cómo su corazón habita en el nuestro.

El corazón de Jesús no supo otra cosa sino amar.

Se fue desgarrando amor tras amor, haciéndose dolor en el dolor de los hombres. Haciéndose pecado en el pecado de los hombres.

Dejó caer sobre si la rabia, el odio y la venganza de la humanidad con infinita ternura, fue despedazado por la humillación y el martirio, mientras su corazón amoroso, manso y humilde decía al Padre » PADRE PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN» Jesús es el hombre de corazón grande, esplendoroso, grandioso, herido por el pecado.

Herida que en el amor infinito de su corazón, «SE VUELVE HERIDA DE AMOR » «SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFIÓ«

Enviado por: Fuad Curi Vergara (Colombia)