Ángel de Dios, que eres mi guardián, ilumíname, guárdame, y gobiérname, dado que a ti fui confiado por la celeste piedad.
¡Oh Dios!
Por tu providencia te has complacido en mandar tus santos ángeles para que nos protejan, nos defiendan siempre, nos custodien y disfrutemos de su compañía.
¡Señor!
Te suplicamos visites nuestro hogar y alejes todas las asechanzas del enemigo.
Que tus santos ángeles habiten nuestra casa y nos custodien en paz.
Tu bendición siempre nos acompañe.
¡Todopoderoso y eterno Dios!
En tu amable providencia has designado a todos desde el día de su nacimiento un ángel particular para que sea Guardián de su cuerpo y alma.
Concédeme amar y honrar al mío de tal modo que, protegido por sus gracias, y con su ayuda, merezca contemplarte en su compañía y la de todos los ejércitos celestiales, la gloria de tu rostro en el Reino celestial.
Santo Ángel de mi Guarda, enséñame las sendas que me conducen hacia el cielo y haz que luche incesantemente por alcanzarlo.
Enséñame a descubrir las más leves imperfecciones de mi alma y a buscar el estado de perfección al que Dios me llama.
Santo Ángel de mi Guarda, compañero inseparable en mi peregrinar hacia el cielo, despierta en mí, ferviente deseo de santidad.
Ferviente deseo de amar el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María, con el mismo amor con que tú los amas
Enviado por: Francia Azul (U.S.A)