Poderosa oración de sanación por la salud física

Poderosa oración de sanación por la salud física.

Señor Jesús, así como tú sanaste al hombre que permaneció al pie del estanque esperando el milagro de sanación, hoy me siento a orillas de ese estanque junto con muchos enfermos más, tú sabes Señor cuánto tiempo llevo sufriendo de ese mal (dile cuál es tu enfermedad).

Mírame, así como miraste aquel paralítico del Evangelio, así como él, yo quiero ser sanado por ti. Jesús, médico divino, hoy espero ese milagro en mi vida, quiero recobrar la salud. Tú todo lo puedes, para ti no hay nada imposible. Repito las mismas palabras de aquel ciego de nacimiento al que tú le devolviste la vista “Creo Señor, sólo tú puedes sanarme”.

Hoy me pongo de rodillas delante de ti, así como lo hizo aquel leproso que encontraste en el camino para pedirte que lo sanaras. Hoy quiero pedirte que me limpies de todo pecado. En aquel tiempo la lepra era una enfermedad incurable, sé que hoy tengo lepra pero en mi interior, por la vida que he llevado llena de mentira, de ambición, y de pecado; quiero que me limpies de toda maldad.

Quiero tener la fe de aquel padre que sufrió porque su hijo acababa de morir, este hombre tuvo una fe tan grande en ti Jesús, médico divino, que aseguró que si Jesús iba a su casa donde estaba el hijo volvería a vivir.

Hoy quiero tener la fe de este hombre, ayúdame a tener la certeza, que por más que humanamente no haya respuesta para este mal (di la enfermedad) tú puedes levantarme a la vida si es tu voluntad, así como lo hiciste con la hija de Jairo (Mateo 9, 18).

Pasa tu mano sanadora por mi boca, mi garganta y sana cualquier órgano que esté atrofiando mi salud física y espiritual; sáname del chisme, la crítica, el juicio; así como liberaste a este mudo que era atormentado por muchos espíritus (Mateo 9).

Señor, al pasar por la Sinagoga encontraste a un hombre que tenía una mano tullida y lo curaste, hoy quiero que pases tu mano llagada por mis manos y sobre cualquier enfermedad que encuentres en ella. Te presento mis brazos, piernas, rodillas y pies, quita toda molestia que esté ocasionando enfermedades: artritis, dolores musculares… devuélveme la movilidad así como sanaste a aquel hombre (Mateo 12, 9-13).

También te pido, que quites cualquier problema que esté afectando mis huesos, y te lleves todo cansancio, todo lo que me impida caminar con facilidad.

Hoy quiero reconocerte a ti Jesús como mi Señor y salvador así como en Genezareth todos los enfermos te reconocieron y tú los curaste a todos. Hoy siento tú poder sanador sobre mi vida (coloca tu mano sobre la parte afectada).

Una vez más desde el fondo de mi ser, te suplico como aquella mujer cananea: “Te digo Señor, ayúdame. Tengo fe en ti que eres el Cristo vivo que quiere sanarme” Mateo 15, 21-28.

Me pongo a tus pies como aquellos enfermos que llegaron a aquel cerro donde tú estabas sentado y tú los sanaste, te alabo y te bendigo como ellos, te doy gracias por lo que estás haciendo en mí.

Mírame Jesús, a ti te llevaron muchos enfermos y tú sanaste toda clase de enfermedades. Sé que esta enfermedad que hay en mí tú la puedes curar, tú eres el mismo de ayer, hoy y siempre (Marcos 1, 32-34).

Regula en mí toda célula que esté deteriorando mi organismo, afectando distintos órganos de mi cuerpo, (enumera las partes de tu organismo afectado) así como sanaste a los sordos, hoy quita de mí toda sordera o cualquier otro mal que esté afectando mis oídos, para ti todo es posible, tú curaste todas las enfermedades de la vista, hoy quita de mí toda enfermedad que haya en mis ojos como miopía, astigmatismo, terigios.

Tú que resucitaste muertos, te pido que tengas compasión de mí y arranques de raíz toda enfermedad incurable, como cáncer, diabetes, asma, SIDA, migraña, enfermedades orgánicas. Tú que sanaste enfermos que sufrieron de distintas infecciones causándoles fiebres, hoy te suplico que destruyas con tu poder sanador y por los méritos de tus llagas cualquier quebranto de salud en los riñones, los pulmones, las infecciones en la sangre.

Quita de mi cuerpo toda enfermedad conocida y desconocida, pasa tu mano por mis distintos sistemas: respiratorio, digestivo, urinario, circulatorio, nervioso y glandular. También te coloco mi sistema reproductor, arranca de raíz todo quiste, mioma, cualquier disfunción que me esté ocasionando dolor, coloca todo lo que falte a mis órganos por el desgaste de la vida, cámbiame los órganos enfermos por órganos sanos, haz una transfusión de sangre en mí colocándome la tuya para que reciba la salud en todo mi cuerpo.

Gracias mi buen Jesús, porque estoy seguro que con tu sangre protectora estás sanando todo mi ser, te alabo, te bendigo, porque sólo tú eres digno de toda alabanza y sólo en ti puedo confiar para salir adelante de mis problemas, pues tú eres mi refugio. Eres como una torre fuerte que me libera de todo mal, quiero vivir protegido bajo tus alas protectoras. Concédeme larga vida y que viva siempre con tu bendición, amor y fidelidad para alabar tu nombre en todo tiempo. Amén.

Enviado por: Oscar Alejandro Tamez Bazan.