EL ARTE DE BENDECIR

EL ARTE DE BENDECIREL ARTE DE BENDECIR.

Cuando alguien te dice: Dios te Bendiga, no solo te está deseando lo mejor para ti, sino que también está actuando en favor suyo.

Pues cuando Bendices a alguien también atrae el favor de Dios hacia Ti.

El Efecto de la Bendición es multiplicador ya que es dado por Dios a sus hijos. Bendiciones, el significado de la Bendición.

La Bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.

La Bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos, los niños que reciben el regalo de la Bendición tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida.

Reciben un firme fundamento de amor y aceptación, este principio también se aplica a la intima relación de pareja. Las amistades se profundizan y fortalecen, la hermandad de las Iglesias se Incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de Bendición.

El poder de la vida y la muerte está en la palabra.

Al Bendecir, se otorga vida, no solo al que recibe la bendición sino también al que la da, por eso hoy reparte bendiciones donde vayas, no solo de palabras sino de hechos, ellas volverán a ti cuando menos lo esperes, en general, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.

Al despertar, bendice tu jornada, porque está ya desbordando una abundancia de bienes que tus bendiciones harán aparecer.

Porque bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del universo.

Ese bien lo único que espera es una señal tuya para poder manifestarse.

Al cruzarte con la gente por la calle, el auto, en tu lugar de trabajo, bendice a todos.

La paz de tu bendición será la compañera de su camino, y el aura de su discreto perfume será una luz en su itinerario.

Bendice a los que te encuentres, derrama tu bendición sobre su salud, su trabajo, su alegría, su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás.

Bendice a todos en todas las formas imaginables, porque esas bendiciones no sólo esparcen las semillas de la curación, sino que algún día brotarán como otras tantas flores de gozo en los espacios áridos de tu propia vida.

Bendice tu ciudad, tus gobernantes y a todos como los educadores, enfermeras, barrenderos, sacerdotes y prostitutas.

Cuando alguien te muestre la menor agresividad, cólera o falta de bondad, responde con una bendición silenciosa.

Bendice totalmente, sinceramente, gozosamente, porque esas bendiciones son un escudo que los protege de la ignorancia de sus maldades, y cambia de rumbo la flecha que te han disparado.

Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado –para los demás y para los acontecimientos de la vida- haciéndolo aflorar de las fuentes mas profundas y más íntimas de tu ser.

Esto significa venerar y considerar con total admiración lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias.

Quien sea afectado por tu bendición es un ser privilegiado, consagrado, entero, Bendecir, significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él con profundo reconocimiento, Significa también llamar a la felicidad para que venga a Él.

Bendecir significa reconocer una belleza omnipresente, oculta a los ojos materiales, es activar, traerá a vuestra vida exactamente lo que necesitas en el momento presente para crecer, avanzar y llenar tu vida de gozo.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo, mantén en ti ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria silenciosa, porque de este modo serás de esas personas que son artesanos de la paz , y un día descubrirás por todas partes el rostro mismo de Dios. Y por encima de todo, no te olvides de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que eres tú mismo. (Pierre Pradervand).

Enviado por: Ana Milena Puerta- Maigualida Salazar Laguna (Fort Lauderdale, FL).